* Editorial por Mayara da Silva y Daniela Sayuri Matunaga
Los nematodos se convirtieron, en los últimos años, motivo de gran preocupación para la agricultura brasileña, por su amplia distribución geográfica, pues ocurren en prácticamente todas las regiones de importancia agrícola en el país, pero, principalmente, por la gran capacidad de causar pérdidas de productividad en culturas como soja, algodón, frijol, café, entre otras.
Actualmente, las principales especies de nematodos que ocurren en el país, causando expresivas pérdidas económicas, son los nematodos de las gallas, Meloidogyne javanica (soja y maíz) y M. incognita (soja, maíz y algodón), el nematodo de las lesiones, Pratylenchus brachyurus (soja, maíz y algodón), el nematodo de quiste de la soja, Heterodera glycines (soja) y el nematodo reniforme, Rotylenchulus reniformis (soja y algodón).
Datos de la Aprosoja (Asociación de los Productores de Soja) apuntan que el área de soja infestada por nematodos en el Estado do Mato Grosso llega a 80%, siendo la región oeste la más afectada, con 92% de las cosechas atingidas. Según la Fundación Chapadão, apenas la especie P. brachyurus representa 50% de las áreas infestadas. Situación semejante es encontrada en toda la región Centro-Oeste del país, con muchas cosechas infestadas y presencia marcante del nematodo de las lesiones radiculares. En Paraná, otro importante estado productor de soja, el mayor problema está por cuenta de los nematodos de gallas, M. incognita y M. javanica, pero P. brachyurus ya está presente en la mayoría de las muestras analizadas en el estado, aunque en niveles poblacionales más bajos que aquellos encontrados en el Cerrado brasileño.
El reconocimiento de esas especies de nematodos a campo se realiza a través de la observación del sistema radicular, que puede o no presentar síntomas típicos de la presencia de esos organismos. Los nematodos de gallas, como el propio nombre dice, son aquellos formadores de gallas en el sistema radicular, síntoma bastante típico en las culturas en que ocurre (Figura 1A).
La formación de gallas en el sistema radicular facilita el diagnóstico de ese grupo de nematodos. Estas son engrosamientos radiculares de tamaños variados, en los cuales están alojadas de una a decenas de hembras sedentarias del nematodo y son parte integral de la raíz, no siendo posible retirarlas sin herir las raíces. Con la presencia de las gallas, el sistema radicular se atrofia y los vasos del xilema se quedan comprimidos, causando una desorganización del cilindro vascular. Además de la intensa formación de gallas, se puede notar alta emisión de raíces secundarias.
En la parte aérea, se observa crecimiento lento y desigual, con retraso en el crecimiento de las plantas, principalmente en la parte central de las reboleras (Figura 1B). También ocurre desequilibrio nutricional, expresado por clorosis leve a intensa y necrosis entre las nervuras, además de marchitar plantas durante el período más caliente del día, declino lento, caída prematura de hojas y, consecuentemente, baja en la producción. Los síntomas pueden variar de acuerdo con los niveles poblacionales presentes en el suelo en el momento de plantar, de las cultivares y del manejo fitotécnico adoptado.
El ciclo de vida de las especies de Meloidogyne inicia con los huevos, que son depositados por la hembra en una matriz gelatinosa, la cual los mantiene agregados. La masa de huevos puede contener de 500 hasta 2.000 huevos, dependiendo de la planta, temperatura, humedad y tipo de suelo. Generalmente, en condiciones de temperatura variando de 25 a 30ºC, su ciclo, así como de los otros nematodos citados, se completa en aproximadamente 30 días, siendo que varias generaciones pueden ser formadas en apenas un ciclo productivo.
Al contrario de los nematodos de las gallas, P. brachyurus causa extensivas lesiones necróticas en las raíces (Figura 2), que no es un síntoma característico del nematodo, pudiendo ser ocasionado por varios otros patógenos o por deficiencia nutricional e hídrica, dificultando el diagnóstico de la especie.
Por ser migrador, penetra el sistema radicular, moviéndose entre y dentro de las células, causando destrucción de estas y, con el consumo del contenido celular, en conjunto con la liberación de toxinas, se expresan los síntomas en forma de lesiones radiculares.
También se asocia a este grupo de nematodos la reducción del porte de plantas. En el Centro-Oeste, son relatadas pérdidas atribuidas a P. brachyurus en hasta 50% en la producción de la soja en áreas infestadas. La ausencia de cultivares resistentes a P. brachyurus disponibles en el mercado ha comprometido los avances en relación con su manejo y explica la relevancia de ese nematodo en el escenario actual.
Así como para P. brachyurus, raíces de plantas atacadas por el nematodo
El nematodo reniforme es más importante en algodón que en soja, ya que los daños en algodón son más acentuados, pero, la soja por ser buena hospedera del nematodo permite su incremento poblacional en las áreas infestadas. Su presencia es detectada especialmente en suelos con elevados contenidos de limo. Además de eso, es una especie que se caracteriza por la alta capacidad de sobrevivencia en el suelo en la ausencia de plantas susceptibles, aun en suelos muy secos. Es un nematodo sedentario, semi endoparásito, cuyas hembras permanecen con parte del cuerpo externa a las raíces, siendo posible su visualización en condiciones de campo (Figura 3B).
El nematodo del quiste de la soja está presente en 35% de las áreas productoras de soja en Mato Grosso, siendo una especie considerada altamente agresiva y que, cuando en alta populación en la presencia de un hospedero susceptible, puede causar hasta 100% de pérdidas en la cosecha. Está caracterizado por la formación de quistes, que son estructuras de resistencia formadas por el propio cuerpo de las hembras que, enquistados, son altamente resistentes a las condiciones adversas del ambiente y pueden contener hasta 300 huevos en su interior. Otra característica de ese nematodo es la presencia de razas fisiológicas. Actualmente, la raza que está más diseminada en la región Centro-Oeste es la 4, estando presente en cerca de 40-50% de las muestras analizadas, contrariamente al panorama anterior, en que la raza 3 era históricamente la de mayor proporción, y hoy dejó de ser la más importante, dando lugar a las razas 4, 2 y 14 en esa región de cultivo, lo que dificulta el manejo con cultivares resistentes, ya que la mayoría de las cultivares presentan resistencia a la raza 3. En consecuencia, del ataque del nematodo de quiste, las raíces se quedan ineficientes en la absorción de agua y nutrientes, con síntomas en la parte aérea marcados por la presencia de plantas con intenso amarilleo y subdesarrolladas, siendo que, en áreas altamente infestadas, puede ocurrir la muerte prematura de las plantas.
A pesar de algunos síntomas causados por nematodos ser específicos, la mejor forma de identificar el problema aún es el muestreo del área sospechosa y envío de las muestras a laboratorio especializado para identificación y cuantificación de la(s) especie(s) presente(s) en el área. Aun tratándose de Meloidogyne sp., cuyas gallas radiculares son bastante típicas, el análisis es necesario para la identificación de la especie de nematodo de las gallas presente en el área, ya que el manejo entre las diferentes especies puede variar. Sin una correcta identificación de cuál o cuáles especies de nematodos están presentes en la cosecha, cualquier medida de manejo a ser adoptada puede ser inviabilizada o se puede agravar el problema, caso se adopte medida no recomendada para cada caso específico.
* Mayara da Silva y Daniela Sayuri Matunaga, especialistas en nematología, pertenecen al laboratorio Agronema, colaborador homologado de la Biotrop para la realización de análisis laboratoriales de raíz y suelo. Artículo escrito con exclusividad Biotrop.