Por Ivan Nakamoto*
El uso de defensivos biológicos en la agricultura no es novedad. En Brasil, por lo menos desde los años 80, tecnologías naturales para el control de plagas son estudiadas por instituciones de gran renombre, como la Embrapa. Muchas tecnologías fueron desarrolladas en este período (con mayor o menor éxito), pero fue solo recientemente que un segmento entero de una gran cultura adoptó defensivos biológicos como la regla, y no como la excepción. Ese movimiento aconteció en la cosecha 16/17, con el control biológico de nematodos en Soja.
En la cosecha de 16/17, el control biológico representaba 38% (255 mil hectáreas) del área tratada total de nematodos de soja en Brasil (663 mil hectáreas de soja). A partir de la cosecha 17/18, el área total tratada creció para 1.3 millones de hectáreas (un aumento de 94%), de los cuales 1.1 millones eran tratados con biológicos (83% del total). O sea, productos biológicos no apenas capturaron todo el crecimiento de mercado de este período, sino que también capturaron una parte del área que antes pertenecía a los defensivos químicos (el área tratada de químicos disminuyó de 409 mil hectáreas para 224 mil hectáreas en el período).
El mismo movimiento puede ser observado en la siguiente cosecha, cuando el área tratada de nematodos en soja alcanzó 3.3 millones de hectáreas (un crecimiento de 159% con relación a la cosecha anterior), de los cuales impresionantes 3.2 millones de hectáreas fueron tratados con biológicos (94% de todo este mercado)1. La adopción de bionematicidas se extiende más allá de la cultura de la soja. Algodón, maíz, caña de azúcar, frutas, legumbres y verduras han adoptado de forma exponencial las nuevas tecnologías biológicas. La Biotrop estima que para la cosecha 2020/21 los bionematicidas moverán más de R$ 1 Billón.
Algunos hechos ayudan a explicar este fenómeno, y tal vez entender aquello que aún vendrá. Aun existiendo un gran histórico de estudios, fue apenas recientemente que la tecnología de biológicos evolucionó para tener estabilidad de formulación y resultados a campo que no apenas coinciden a os químicos, sino que también los superan con facilidad. Con estos resultados muchas empresas entraron en este segmento, aumentando la oferta de productos disponibles. La poca o inexistente dependencia de insumos externos también permitió que esas tecnologías nuevas llegaran para el productor a un costo atractivo, ya que no son afectadas por variaciones cambiales. Por el lado de la demanda, hubo un interés creciente de los productores por soluciones menos tóxicas y más sustentables, que traigan retorno financiero para sus cosechas al mismo tiempo que no son perjudiciales a la salud y al medio ambiente.
Nosotros de la Biotrop creemos que este cambio que sucedió en el mercado de nematodos de soja no será la única. Cada vez más, el uso de productos biológico y naturales será la regla, y no la excepción. Con nuestras inversiones crecientes en pesquisa y fuerte presencia en el campo, es nuestra misión traer esa nueva realidad para el presente, generando más rentabilidad para el productor, pues el éxito del campo es nuestro éxito.
¹Spark, 2019.
*Ivan Nakamoto es Especialista en Marketing en la Biotrop.